Morriña por Colombia
No sé si es porque se acerca Navidad o porque hace ya dos años que no vamos, pero me empieza a hacer falta Colombia. Necesito saborear su comida, beber sus jugos de fruta, empaparme de su verde, tomarme unos guaros, oler su esencia, ir a las novenas, comerme un pandebono, dormir en San José... pero sobre todo disfrutar de la gente, escuchar las historias de niñez, las de la embriaguez, las familiares, las de los amigos, las de fantasmas, acumular recuerdos juntos para poder construir mi propia historia con la familia de mis hijos y de Papacorbata. Quiero que mis hijos amen esa parte de su cultura, de su historia, de su personalidad, esa parte amiguera, despreocupada, feliz, luchadora, risueña, desenfadada, bailonga... Esa parte que a mí me conquistó cuando conocí a Papacorbata y amigos, y que me enamoró cuando pisé sus tierras. Ahora está muy de moda el término de hijos de la tercera cultura. Yo no soy una hija biológica de la tercera cultura, pero soy una hij...